Cómo bañar a tu bebé por primera vez, sin tener ansiedad extrema

Cómo bañar a tu bebé por primera vez, sin tener ansiedad extrema

Una vez que llevas a tu pequeño a casa, no hay un horario establecido para darle al bebé su primer baño de esponja.

Posiblemente te preguntas si debes bañarlo diario o de forma más esporádica.

La respuesta es que un baño de esponja puede realizarse de una a tres veces por semana y eso será ser suficiente. No es necesario bañar a los bebés con tanta frecuencia porque realmente no se ensucian tanto como supones.

Al bañarlo no debes sumergirlo completamente en el agua, sino hasta que se caiga el cordón umbilical, y para los bebés varones circuncidados, los baños de esponja deben continuar hasta que el pene sane correctamente, por lo que brindar baños de forma esporádica es lo ideal.

No obstante, debes realizar una limpieza adecuada en el área del pañal cada vez que realices un cambio. Asegúrate de limpiar con regularidad todas las pequeñas grietas del rollo de grasa debajo del cuello y detrás de las rodillas.

Aunque no existen reglas al respecto, algunos papás pueden decidir bañar regularmente a su bebé como parte de la rutina de la hora de dormir, lo cual también es adecuado. El baño puede ayudar a calmar al bebé que está inquieto y contribuir a un régimen de sueño saludable.

En un inicio, bañar a un recién nacido puede parecer abrumador, pero con un poco de práctica y la preparación adecuada, el primer baño del bebé (y los siguientes) pueden ser una experiencia alegre y sin estrés.

Sí, es probable que el bebé llore, pero eso no significa que estés haciendo algo mal ¡No te preocupes tanto por eso!

¿Cómo bañar a tu bebé por primera vez?

Durante la primera semana después del nacimiento, querrás darle a tu bebé un baño de esponja suave y rápido.

Bañar a un recién nacido puede ser complicado al principio, así que, si es posible, solicita la ayuda de tu pareja o un familiar de confianza; sólo es cuestión de que sigan estos pasos:

Paso 1: Reúne los suministros

Asegúrate que tienes todo lo que necesitas. Como mínimo debes tener: una toalla seca, un pañal limpio, paños y jabón para bebés listos.

Ten todos estos suministros al alcance de la mano para no tener que alejarte de tu bebé ni siquiera por un segundo.

Paso 2: Elige el lugar

Decide dónde le darás al bebé su baño. Si bien no es estrictamente necesario, las bañeras para bebés son convenientes. Se pueden colocar en el fregadero o en una superficie estable y algunos tienen un cabestrillo estilo hamaca que sostiene la cabeza del bebé.

Elige un lugar que sea bastante cálido y donde te resulte cómodo arrodillarte o pararte mientras mantienes una mano debajo de la cabecita de tu bebé en todo momento.

Paso 3: Lava secciones pequeñas a la vez

Después de quitarle la ropa, el pañal y colocarlo en la bañera (o simplemente sobre una toalla suave y seca), cubre al bebé con otra toalla, levantando sólo un área pequeña a la vez y secándola a medida que avanzas.

Con un paño humedecido en agua tibia, limpia suavemente al bebé por todas partes, prestando especial atención a la zona del pañal, las arrugas y enrollamientos de la piel.

Los baños después de que se ha caído el muñón del cordón umbilical.

Una vez que se haya caído el muñón del cordón umbilical, puedes comenzar a darle baños completos al bebé.

  • Llena la tina con unos centímetros de agua tibia:

Asegúrate de sostener la cabeza del bebé en todo momento y bájalo suavemente al agua.

La temperatura del baño para un recién nacido debe estar entre 32 y 37 grados Celsius.

Recuerda que los bebés se enfrían rápidamente, por lo que en estas primeras semanas, procura que sus baños sean breves.

  • Mantén al bebé cubierto durante el baño:

Incluso en un baño tibio, el bebé puede perder calor corporal rápidamente, por lo que vale la pena que mantengas a tu bebé cubierto con una toallita tibia.

  • Dale al bebé una buena limpieza:

Con un paño suave, limpia al bebé suavemente por todas partes, incluida la cabeza y la cara. Los lugares que deben quedar súper limpios son los pliegues debajo de los brazos, alrededor del cuello, detrás de las orejas y el área genital.

Pese a las creencias populares, en el baño para un recién nacido no es estrictamente necesario emplear champú y/o jabón para bebés.

Puedes optar por usar un jabón natural sin olor, agua tibia y un paño. Con esto es suficiente para lograr la limpieza del bebé.

Si optas por lavar la cabeza también, coloca tu mano sobre la frente del bebé cuando le enjuagues la cabeza para que la espuma no le corra hacia los ojos.

Como tip adicional: si vas a lavar su cabecita, comienza primero con ella cubriendo el cuerpo de tu bebé con una toalla y aun con su pañal puesto. Una vez que seques su cabeza, ahora sí lava su cuerpo en la tina siguiendo los pasos previos.

¡Ahí es cuando las cosas realmente comienzan a ponerse divertidas!

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